Vacunación infantil: Por qué es importante para sus hijos y la comunidad

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(BPT) - Se siguen informando brotes de sarampión en todos los Estados Unidos. El mayor riesgo de brotes se puede atribuir en gran medida a la caída de las tasas de vacunación pediátrica de 2020 a 2022. Las tasas de vacunación disminuyeron sostenidamente durante el transcurso de la pandemia de COVID-19, lo que colocó a ciertas poblaciones en mayor riesgo de contraer brotes y enfermedades infecciosas prevenibles con vacunas.

“Las vacunas han ayudado a proteger a millones de personas en todo el mundo contra muchas enfermedades graves”, dijo la experta en vacunación pediátrica Michelle Goveia, M.D., MPH y directora ejecutiva de Asuntos Médicos y Científicos Globales de Merck. “Sin embargo, las vacunas funcionan solamente cuando la gente se vacuna”. Aunque los Estados Unidos erradicó el sarampión en el año 2000, los casos de sarampión han aumentado en los últimos años. De hecho, en 2019 se registró el mayor número de casos informados desde 1992.

Cuando la pandemia de COVID-19 desencadenó las primeras órdenes de quedarse en casa entre marzo y mayo de 2020, las familias se negaban a ir a un consultorio médico por temor a exponerse al coronavirus; en consecuencia, las tasas de vacunación pediátrica cayeron cconsiderablemente en comparación con el mismo período de 2018 y 2019. Durante ese tiempo, los programas de vacunación de rutina en los Estados Unidos no funcionaron tan bien como deberían, lo que significó que muchos niños no fueran vacunados o no recibieran todas las vacunas que necesitaban.

Entre las tasas de vacunación que disminuyeron desde el inicio de la pandemia se encuentra la vacuna contra el sarampión, las paperas y el sarampión alemán. La doctora Goveia estuvo de acuerdo con eso y señaló que “la disminución de las tasas de vacunación contra el sarampión trajo como consecuencia brotes debido a la naturaleza extremadamente infecciosa del virus.

Los brotes se producen a medida que aumentan los viajes y las interacciones sociales de los niños que acuden a guarderías y escuelas, o que interactúan en parques infantiles o se reúnen en grupos grandes”. De enero a marzo de 2024, se confirmaron 58 casos de sarampión en siete brotes ocurridos en los EE. UU. Entre los casos informados, el 93% estaba relacionado con viajes internacionales.

El sarampión, también conocido como rubéola, es una enfermedad grave. El sarampión se transmite a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Es tan contagioso que si una persona lo tiene, 9 de cada 10 personas a su alrededor también se infectarán si son personas no inmunes. Los síntomas del sarampión, como la fiebre alta, la tos y el sarpullido, suelen comenzar entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. Puede causar neumonía y, en raras ocasiones, encefalitis (infección e inflamación del cerebro). Esto podría provocar convulsiones, pérdida de la audición, discapacidad intelectual e incluso la muerte.

Generalmente, el sarampión es la primera enfermedad que resurge cuando bajan las tasas de vacunación pediátrica porque es la más contagiosa de todas las enfermedades prevenibles con vacunas. Esto pone a las comunidades en mayor riesgo de tener brotes de sarampión.

La M-M-R®II (vacuna viva contra el virus del sarampión, las paperas y el sarampión alemán) es una vacuna que se administra en forma de inyección. Esta vacuna habitualmente se administra a personas de un año o más. Está destinada a ayudar a prevenir el sarampión (rubéola), las paperas y el sarampión alemán (sarampión de tres días) y contiene formas atenuadas del virus del sarampión, del virus de las paperas y del virus del sarampión alemán. La vacuna actúa ayudando al sistema inmunológico a prevenir infecciones de sarampión, paperas o sarampión alemán. Sin embargo, es posible que no brinde una protección completa a todos los que la reciben. Es importante señalar que la vacuna no trata el sarampión, las paperas o el sarampión alemán una vez que alguien ya ha contraído estas enfermedades.

Las personas no deberían recibir la M-M-R®II si son alérgicas a cualquiera de sus ingredientes, incluida la gelatina; si tienen un sistema inmunológico debilitado (lo que incluye tomar dosis altas de esteroides por vía oral o en forma de inyección); tienen fiebre; tienen tuberculosis activa sin tratar, o están embarazadas o planean quedar embarazadas dentro del próximo mes.

Si bien las vacunas de rutina ayudan a proteger a millones de niños de enfermedades infecciosas prevenibles con vacunas, es posible que las personas inmunodeprimidas no puedan recibir ciertas vacunas, como por ejemplo, la vacuna contra el sarampión, lo que las pone en riesgo de contraer enfermedades graves.

Jen, madre de dos hijos en Seattle, ha experimentado esto de primera mano. Su hija, Zoe, recibió un trasplante de corazón 5 semanas después de su nacimiento, lo que le impidió recibir la vacuna contra el sarampión, las paperas y el sarampión alemán debido al régimen inmunosupresor necesario para prevenir el rechazo del corazón de donante. Cuando comenzó el brote de sarampión en Seattle en 2019, Zoe tenía un alto riesgo de infección. A medida que aumentaban las infecciones en ciertas áreas de la ciudad, Jen necesitaba permanecer en estrecho contacto con los médicos de Zoe para determinar el curso de acción más seguro para su hija.

Cuando circulan enfermedades en la comunidad, las personas no vacunadas corren un mayor riesgo de contraerlas.

Eso incluye a personas como Zoe, que no pueden vacunarse contra el sarampión. “Cuando ocurren estos brotes de sarampión, es frustrante que tengamos que considerar sacar a Zoe de actividades simples, como ir a la escuela”, compartió Jen. “Si personas inmunodeprimadas como Zoe se exponen a una enfermedad como el sarampión, puede ser realmente grave”.

“Una exposición de cinco minutos al sarampión puede poner en riesgo a las personas vulnerables y no vacunadas”, dijo Rabia Agha, M.D., directora de la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Maimonides Children’s Hospital en Brooklyn, Nueva York. La Dra. Agha y su equipo ayudaron a controlar un brote de sarampión que tuvo lugar en 2019 en Brooklyn. “Mucha gente no se da cuenta de lo contagioso que es realmente el sarampión. El virus puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada haya abandonado un espacio”.

Los riesgos percibidos en la actualidad, dada la menor prevalencia de enfermedades infecciosas prevenibles con vacunas en los Estados Unidos, pueden generar dudas sobre la necesidad de vacunarse. Sin embargo, la exposición a un virus puede provocar un brote si se introduce en una comunidad susceptible. “Las decisiones que tomamos como individuos pueden potencialmente poner en riesgo a otros e impactar la salud de la comunidad en la que vivimos”, dijo la Dra. Agha. “Mantenerse al día con las vacunas habitualmente recomendadas es un buen punto de partida”.

Si su hijo recibe una M-M-R® II (vacuna viva contra el virus del sarampión, las paperas y el sarampión alemán) cuando tiene un año o más, se recomienda una segunda dosis. A menudo, la segunda dosis se administra justo antes de que el niño vaya a la escuela primaria (entre los 4 y 6 años de edad), pero se puede administrar antes siempre que la segunda dosis sea por lo menos un mes después de la primera.

Es importante que hable con el proveedor de atención médica de su hijo y programe cualquier vacuna que se haya saltado debido al COVID-19.

Hable con el médico de su hijo hoy para asegurarse de que su hijo está al día con todas las vacunas recomendadas.

Información de seguridad importante sobre la M-M-R®II (vacuna viva contra el virus del sarampión, las paperas y el sarampión alemán)

La vacuna viva contra el virus del sarampión, las paperas y el sarampión alemán no debe administrarse si usted o su hijo son alérgicos a cualquiera de sus ingredientes, incluida la gelatina; tienen un sistema inmunológico debilitado (lo que incluye tomar dosis altas de esteroides por vía oral o en forma de inyección); tienen fiebre; tienen tuberculosis activa sin tratar, o usted está embarazada o planea quedar embarazada dentro del próximo mes.

Antes de recibir la vacuna, informe a su proveedor de atención médica si usted o su hijo: tienen o han tenido algún problema médico; tienen un historial de convulsiones o alguien de su familia tiene un historial de convulsiones; han recibido transfusiones de sangre o plasma o globulina sérica humana; toman algún medicamento (esto incluye medicamentos sin receta y suplementos dietéticos); tienen alguna alergia; tuvieron una reacción alérgica a cualquier otra vacuna; tienen o han tenido un recuento bajo de plaquetas en sangre, o son alérgicos a los huevos.

El efecto secundario más común de la vacunación con la vacuna viva contra el virus del sarampión, las paperas y el sarampión alemán es el dolor en el lugar de la inyección durante un tiempo breve. Otros efectos secundarios pueden incluir fiebre o sarpullido. También pueden ocurrir otros efectos secundarios.

Su médico tiene una lista más completa de efectos secundarios. Comuníquese con su médico o proveedor de atención médica si usted o su hijo tienen algún síntoma nuevo o inusual después de recibir la vacuna. Informe la exposición a la vacuna viva contra el virus del sarampión, las paperas y el sarampión alemán durante el embarazo o durante el mes anterior a quedar embarazada.

Le recomendamos que informe a la FDA sobre los efectos secundarios negativos de los medicamentos recetados. Visite www.fda.gov/medwatch o llame al 1-800-FDA-1088.

Lea la información para el paciente sobre M-M-R®II que se adjunta y analícela con su médico. La información de prescripción también está disponible.

Información del producto para el paciente: https://www.merck.com/usa-labeling-translations/mmr_ii_ppi_sp.pdf.

Información de prescripción:

https://www.merck.com/usa-labeling-translations/mmr_ii_pi_sp.pdf

Esta información es suministrada por Merck.

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